Ni biografía ni ensayo ni poema ni documento objeto. Este volumen encuentra su propia forma a partir del montaje de textos e imágenes partituras intervenidas mapas y grafismos que lejos de completar la figura de Satie la diseminan para confirmar cómo se sigue escabullendo. Lo que permanece es el humor irónico y estimulante del eximio pianista de la belle époque una imaginación fuera de lo común y su particular modo de relacionarse con sus contemporáneos. Picasso Cocteau y Diaghilev con quienes montó el extravagante y criticado ballet Parade pero también Man Ray Duchamp y Picabia entran y salen de este libro e incluso John Cage quien sin conocerlo fue tal vez el que mejor interpretó su legado para la posteridad ( La cuestión no es la relevancia de Satie. él es indispensable dijo). Entre el templo y los cabarets entre la elegancia del frac y la desfachatez Erik Satie no fue un músico más fue un esteta. Y esa suerte de pulsión artística determinaba su experiencia. Por eso no sorprende que hasta las esquelas a su amante Biquí (seudónimo de la pintora Suzanne Valadon) sean piezas tan creativas y desbordantes. O que queramos volvernos testigos involuntarios de sus rutinas cotidianas y sus recorridos embriagados por París.
SOMOS PARTE DE LA TIERRA
$14,500En un itinerario que comienza a principios del siglo XIX, oímos a Casaca Roja rechazar la religión impuesta y al famoso jefe Seattle pronunciar el texto que fue para muchos el primer gran altavoz en defensa de la Naturaleza. Escuchamos al jefe Joseph lamentar la pérdida de su gente y a la joven Ruth Muskrat reivindicar su cultura. Dado el momento actual, en el que se impone un cambio de paradigma, estos textos cargados de sabiduría se convierten en referentes necesarios para cambiar nuestra relación con el entorno.