Dimensiones | 155 × 230 cm |
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FUEGUINOS
Recopilación iconográfica del patrimonio arquitectónico de Santiago de Chile.- Autor: GUSINDE, MARTIN
$14,850 $11,880
Relato testimonial de las cuatro expediciones que realizó el padre Martín Gusinde entre los años 1918 y 1923 efectuando los más serios y rigurosos estudios arqueológicos y etnológicos sobre los aborígenes del sur y extremo sur de Chile y Argentina: onas, yámanas (o yaganes) y alacalufes. En un lenguaje claro y ameno el autor nos proporciona observaciones rigurosas y únicas en la etnología del extremo sur de América. Estudia las características físicas, las costumbres, las creencias y los dialectos de estos que fueron “legítimos hijos del país”. Con gran valor moral denuncia, también, las “despiadadas persecuciones e inauditas crueldades” que sufrieron estos seres humanos a quienes nuestro país debió proteger y cuidar.
Recopilación iconográfica del patrimonio arquitectónico de Santiago de Chile.- Autor: GUSINDE, MARTIN
Dimensiones | 155 × 230 cm |
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El escenario imperante de un imaginario de la innovación ha fomentado la idea de que el desarrollo consiste en la producción infinita de novedades. Este discurso es en sí una retórica de la modernidad, que da por sentado la existencia de una relación asimétrica donde la invención es un proceso que emerge en el norte global y solo puede ser importado y consumido en espacios lejanos. Este tomo busca ofrecer una interpretación diferente desde nuevos giros y una reorganización de la narrativa local de la innovación, usualmente orientada a su negación, a la inevitable catástrofe (profecía autocumplida del fatalismo latinoamericano) o a la inscripción de los acontecimientos en una periferia ineludible que le somete a la irrelevancia. A partir de lo anterior, los capítulos de este tomo recorren la vida social de objetos y sistemas desde el tiempo colonial a la era republicana, analizando diversos procesos de innovación técnica ocurridos en Chile. Sus campos de investigación también resultan atractivos en tanto incluyen el correo, el uso del caballo, industria del salitre, ferrocarriles, alcantarillado, la morgue, terremotos, astronomía, artefactos domésticos y vacunas. En todos los capítulos se cuenta con un trabajo de fuentes que permite justificar un giro discursivo a la innovación, demostrando que en distintos ámbitos hubo alguna inventiva o modos de adaptación, que pone en valor experiencias de una historia de la tecnología y la ciencia en Chile
Los ojos, se convierten en la mirada del misionero, el que vio, el que recorrió, el que intentó comprender, el que se equivocó. Es la perspectiva del jesuita evangelizador que enfrentaba una batalla global entre Dios y el diablo, son sus anteojeras para entender los procesos de cristianización entre los indígenas de la frontera meridional del virreinato peruano, de comprender el bien y el mal, los ojos del protoetnógrafo que comparaba las ritualidades indígenas con sus propias formas de conocimiento (religiosas, clásicas, históricas), pero también los ojos que consideraba que muchas veces era “justo” hacer la “guerra justa” a los “bárbaros” sin “policía”. Son los ojos del educador y del administrador, pero también del polémico y, quizás, del ávido de poder. Son los ojos del que quiso regresar a Europa como procurador pero que muere lejos de su familia y de su tierra, pero cercano a su nueva realidad.
Aquí también están sus manos. Las manos del que escribió, del que las movió en los bosques australes para indicar alguna cruz y bautizar, del que gesticuló en algunas reuniones en los colegios o bien para reprender a alguien; aquellas que intentaron aprehender la realidad a través de la palabra escrita filtrada por su perspectiva de testigo. En cierto sentido, al ser testigo de las cosas que escribía, sus ojos se convierten también en escritura. Se puede decir, entonces, que el saber histórico de Rosales se engloba en el ver y en el escribir. Él se posiciona como “testigo” en la Historia General del Reino de Chile, Flandes indiano (1674), como observador y misionero, pero al mismo tiempo se emplaza como autor con una gran ambición estética y narrativa. Finalmente, es la metáfora de su verdad, de su medida del mundo.
Durante el primer milenio de nuestra era Chile Central fue el escenario donde se desarrollaron los primeros grupos que produjeron alfarería en la región, los que además incorporan a su dieta productos cultivados como la quínoa, el maíz, el zapallo y el poroto. No obstante, Chile Central es también el escenario de una diversidad cultural importante, pues se distinguen al menos dos grupos representantes de este modo de vida alfarero-horticultor. Autor: SANHUEZA RIQUELME, LORENA
El presente libro tiene como objetivo principal aportar a entender los orígenes de la ingeniería chilena. La ingeniería comienza a enseñarse y profesionalizarse desde mediados del siglo XIX y este estudio se centra en ese primer medio siglo fundacional. El estudio toma como base la evolución de los programas de estudio, los modelos de enseñanza, las reformas y los debates generados en torno a la enseñanza de la disciplina. Todo ello en el marco de un Estado en proceso de ampliación territorial y de una sociedad dirigida por una oligarquía hacendal. Se suman a ello las dificultades de personal e infraestructura existentes, así como los prejuicios sociales hacia lo “manual” y los técnicos, y la tensión con el saber, los intereses y la influencia europea. Entre las conclusiones, destacamos que la institucionalidad universitaria y estatal de la época modeló y concibió la ingeniería como una profesión de Estado más que de particulares; directiva más que ejecutora; y eminentemente científica (esto es, letrada) más que técnica. Todo lo anterior incidió tanto en el carácter que tomó su profesionalización, como en el desarrollo de determinadas especialidades y la desatención de otras (como la mecánica y la química), así como en la separación entre ingenieros y técnicos. Esperamos que este estudio contribuya a entender mejor los orígenes y el desarrollo de la ingeniería en Chile y su relación con las formas que ha tomado el devenir tecnológico e industrial en nuestro país.
En el último medio siglo los distintos campos de la historia han visto sus fuentes diversificarse, posibilitando una aproximación a los objetos, imágenes y lugares, a partir de sus biografías, en tanto actores no humanos. Su condición material hace posible aproximarse a prácticas, gestos, imaginarios, modos de producción y redes de circulación que van dotándolos de significados. En un diálogo con los métodos de la arqueología, la antropología, la sociología y la historia del arte, las fuentes visuales y materiales se han integrado al corpus de trabajo historiográfico, expandiendo el campo de estudio hacia las prácticas culturales. En este tomo se han reunido investigaciones que dialogan con instrumentos de medición, implementos de toma de muestras, colecciones e ilustraciones naturalistas, cuadernos e imágenes de registro de campo, planos o imágenes proyectivas, técnicas y tecnologías visuales, laboratorios y otros espacios de experimentación, entre otras cosas, que conviven cotidianamente en el quehacer de las ciencias. Objetos, imágenes y lugares nos hablan también de la dimensión global de las ciencias, en tanto son elementos que viajan, se estropean o pierden, se replican y permiten la comunicación en múltiples sentidos, actuando como materia, forma y vehículo de la interacción social que está en la base de la generación del conocimiento científico