Novela histórica basada en la vida del aventurero de origen francés, Antoine de Tounens, quien quiso establecer un estado independiente en la Araucanía y en la Patagonia, durante el siglo xix. El argumento de esta novela se basa en la vida de un francés nacido en un pueblo rural humilde, brillante en sus estudios, que jugaba desde su niñez con el deseo de convertirse en rey. Fue así que eligió la Araucanía para lograrlo, preparando con detalle su viaje a esas tierras y convencer a los caciques que debían unirse bajo su figura real. Les promete apoyo del reino de Francia. Con éxito logra ser proclamado rey en Villarrica por un grupo de mapuche. En particular, recibe el apoyo de Quilapán con quien establece un lazo de amistad. Orelie fue perseguido, capturado y juzgado por el Ejército de Chile que lo condenó a su expulsión. La novela va explorando las motivaciones del “Rey de la Araucanía” para llevar a cabo semejante hazaña, entusiasmado por la situación política francesa de la época en que se restauraba la monarquía en el país galo
1891 AÑO DE SANGRE ebook
$21,700Este es un libro sobre villanos y ciertamente no continúa la ruta del acostumbrado pastoral de ficciones que se abanderizan por la versión típica que se tiene de Balmaceda. Se postula, en cambio, que en él no solo convive lo mejor de nuestros valores históricos, sino también lo peor. Dualidad que en el más íntimo devenir anímico nacional (en ese terreno de valores que la historia juzga en Balmaceda y en personajes como Alessandri, Ibáñez, Allende y Pinochet) ha dividido a los chilenos no solo en 1891 si no como una referencia ineludible en los avatares crueles del siglo XX y XXI.
Los elementos en pugna durante la guerra civil de 1891, las secuelas políticas y su contexto, se nos harán demasiado familiares: una epidemia que sembró el terror y la histeria colectiva en todo el país, manifestaciones sociales con presos y muertos en las calles; una huelga por el precio del transporte, un estallido social generalizado, policías secretas, torturadores, matanzas de obreros, campañas del terror, saqueos, el origen histórico de aquella frase “muerta la perra se acaba la leva”, que para estas alturas ya no tiene dueños si no continuadores, en fin: escenarios concebidos como un tablero, donde no importa sacrificar peones con el fin de ganar la partida.