Los textos que componen este volumen son variaciones sobre un único tema, el tema de una filosofía que se ejerce sobre todo mediante la puesta a prueba de aquellas perspectivas que siguen las pautas de las ocasiones. El tipo de filosofía que yo cultivo -puedo decir mi pensamiento”-, está más bien regido por una lógica de la conversación que por una lógica argumentativa cerrada. No obstante, no se “llega” aquí desde ninguna parte, ni tampoco se está siempre vagabundeando por los alrededores, sino que se permanece más bien dentro de un horizonte. Esta es, esencialmente además, nuestra propia relación con el ser, pues tal es la apertura dentro de la cual estamos, poco semejantea una estructura sistemática con inicio, medio y fin. ¿Qué se puede esperar, entonces, de un pensamiento tan inconcluyente como este, de uno que en vez de pensar en concluir quiere precisamente permanecer abierto?” “Si debo recomendar a cualquiera leer este libro, lo haré, pues, apelando a que su lectura puede mejorarle la vida, y quizá no sólo porque pueda proveerle de ciertos materiales para “entretenerse”, sino mucho más verosímilmente aún, según el autor al menos, en función de que le puede mejorar la vida porque se la “cambia”; recuérdese que este era para Gadamer el sentido de la experiencia de verdad en el arte: después de la lectura -en este caso- ya no eres el mismo, y hablando hegelianamente no porque hayas perdido algo, sino porque lo has conseguido, has adquirido esa mutación que acaece en el lecto
PENSAR DESDE EL ARTE
Los capítulos que abren el libro versan directamente sobre el
arte. Se aborda la importante conferencia El origen de la obra
de arte de Heidegger. El capítulo siguiente alcanza una amplitud
renovadora tal, que, finalmente, en él se ve interrogado nuestro
mundo entero, de arriba abajo. A continuación se cede la
palabra a una serie de artistas; sus palabras son puestas en
diálogo con la filosofía. Se toma muy en cuenta a Matisse y
Cézanne, pero también a Hölderlin, Mallarmé, Baudelaire, Proust,
Kandinsky. Junto con pensar sobre el arte, Fédier va
reflexionando acerca de lo que es el ser humano y de lo que
tendría que ser para estar a la altura de sí mismo. Dentro de los
anejos, primero se sale al paso de malinterpretaciones de
Heidegger. En el siguiente anejo se recogen los protocolos de un
seminario que dirigió Fédier en Santiago en 1981. El que viene a
continuación se refiere a los Cuadernos de trabajo de
Heidegger. Luego se recoge el último libro de Fédier, de 2019.
Este aborda los significados históricos de la palabra «arte», que
remite, ante todo, a la latina ars y a la griega téchne.