Con una performance, el sonido de un organillo, un chinchinero y un cello, las palabras de personas vinculadas al mundo del teatro, el canto del cumpleaños y un baile final, se realizó la presentación de Prácticas de teatralidad en Chile a partir del trabajo de Andrés Pérez Araya, libro de Ana María Harcha.
Este ensayo es fruto de la observación del trabajo del destacado dramaturgo nacional, particularmente el desarrollado durante el período denominado de retorno a la democracia, entre el estreno de la Negra Ester y la muerte del autor. Este tiempo coincide además con la labor más representativa del Gran Circo Teatro, proyecto creado por Pérez Aguayo.
El motor central de este libro reside en la indagación sobre las prácticas de teatralidad del dramaturgo y cómo las configuró de manera simbólica con la identidad de la comunidad. A partir de esas prácticas -como montajes teatrales, rituales, fiestas y performances- Andrés creó un complejo y rico entramado de lecturas y acciones que rescataron y visibilizaron distintas formas de configuración de la identidad, respondiendo así al poder dominante que le tocó vivir. Esa reconfiguración abarcó el rescate local, lo popular, la fiesta urbana y rural. Esto desembocó en la construcción de cuerpos escénicos e identitarios más allá del canon.
Este libro evidencia la necesidad de enfrentar algunos conceptos con el trabajo de Andrés Pérez y generar un discurso cultural escénico propio de Chile, que comprende términos como lo popular, lo nacional, lo folclórico, lo marginal, lo masivo y la transculturación. Así mismo surge el cuestionamiento sobre lo teatral, asunto que abrió a adscribir el concepto de “teatralidad”, pues, el concepto teatro resulta ser acotado.