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Lecturas al atardecer Editorial Universitaria

La coautora de “Lecturas al atardecer. Ocho temas sobre el envejecimiento”, renueva la mirada sobre su libro que sigue alentando desde la psicología y la literatura la comprensión y el acompañamiento en la tercera edad

Nos reencontramos con este libro después de pocos años de su lanzamiento y una primera reimpresión, mientras en Chile crece la población mayor, sus desafíos y las deudas que la sociedad aún mantiene con ellos.

Asomarse a “Lecturas al atardecer” resulta hoy un ejercicio para seguir profundizando en esta etapa de vida, dotarla de sentido y aprender a acompañar a quienes viven aquellos años en que se van cerrando círculos.

La autora Beatriz Zegers continúa trabajando en un tema que le interesó desde joven y que ahora ella misma es protagonista.

Dedicarse al envejecimiento a mediados de los ochentas fue una decisión entre la que pocos se aventuraban. En aquel entonces se integró a la comisión que creó el programa del adulto mayor en la Universidad Católica de Chile, realizó un curso optativo sobre el desarrollo del adulto y la vejez. Además esta psicóloga estudió filosofía, llegando a trabajar en la Universidad de los Andes de la cual es profesora emérita.

Beatriz es nieta del Premio Nacional de Literatura Pedro Prado. Por eso la literatura no le es ajena, interés que unido a sus conocimientos sobre envejecimiento, amalgamó el libro que convoca esta conversación.

“Durante mucho tiempo he leído sobre envejecimiento y literatura. Por eso el libro está lleno de citas textuales. Creo que con ellas se despierta el interés del lector”, apunta la autora.

Junto con recordar su herencia literaria, Zegers trae al presente a su abuela paterna que vivió sobre los 100 años. De ella recoge la cordialidad, algo que la convenció desde pequeña de que el “envejecimiento no tiene por qué ser una tragedia”.

¿Es heredera de esa experiencia de envejecimiento?

“Trato de recordar las cosas positivas pero no soy idealizadora. Porque hay ancianos de distinto tipo. Sócrates pregunta a Céfalos, en el comienzo de la República, si el camino de la vejez es ‘áspero y difícil’, a lo que su anciano amigo responde: que el modo en que se vive este período de la vida ‘depende del carácter de los hombres’. Aquello de que uno ‘envejece como ha vivido’ tiene mucho de verdad, se relaciona con la idea mental que nos hemos hecho de esta época de vida, con lo que uno puede hacer y no hacer”.

Si bien “Lecturas al atardecer” se centra en ocho temas, Zegers acentúa algunos como el ejercicio de recordar incluido en el capítulo llamado “reminiscencia”.

“Es el hábito del adulto mayor de hablar de situaciones pasadas. Si bien en los años sesenta se consideraba esto como signo de deterioro, hoy es visto como un mecanismo de adaptación, siempre y cuando se haga de manera positiva, incluso enfrentando lo negativo para rescatar algo valioso. No se trata de volver al pasado desde la queja o la nostalgia”, define la psicóloga.

¿Por qué se interesó en la reminiscencia?

“Porque está en íntima conexión con la teoría narrativa muy en boga. Hoy se escucha que tal político no tiene relato, que el partido no tiene relato. Pero ¿qué es eso del relato? Proviene de esa teoría. Para narrar la propia vida o una etapa de ella es necesario hacer un alto para recuperar y sintetizar, en un todo homogéneo, las concordancias y discordancias de los distintos momentos que la han conformado. Así se recobra algo que tenga sentido para quien hace esta narración. Como dice Platón en Apología de Sócrates ‘una vida sin examen no es vida’.

Junto con este ejercicio de recordar, Beatriz Zegers destaca el capítulo dedicado a la psicoterapia, proceso que según ella todavía despierta resistencia cuando se trata de un adulto mayor. Pues “muchos hijos no quieren que sus padres gasten en aquello”. Aunque la autora también reconoce que no existen muchos expertos en el tema.

“Esto podría interpretarse por la relación del especialista hacia los ancianos cuando se encuentra en terapia. Ahí se activan en el terapeuta sentimientos contratransferenciales vinculados a la experiencia, imagen, sentimientos que tiene de la ancianidad y lo que el otro le despierta en razón de la propia historia. De ahí vienen prejuicios y no prejuicios sobre el envejecimiento”.

Una realidad clave y que también es abordada en el libro son las tensiones que surgen en el entorno familiar.

“Hay muchos motivos detrás de esas tensiones. Por ejemplo, la idea de algunos hijos de que sus padres están obligados a socorrerlos en cuanto momento tengan y así continuar con sus vidas. Así surge ‘el abuelo esclavo’. Una abuela o un abuelo se pueden hacer cargo de los nietos. No hablo de los abuelos sustitutos. Más bien de aquellos que pueden tener la libertad de decir no a  la solicitud de cuidado de sus nietos en algún momento”.

¿Qué otras tensiones familiares se producen?

“Las que surgen porque la relación abuelos y nietos no es la misma que la de padres e hijos. Son los casos en que los hijos se sienten celosos o envidiosos porque sus padres actúan con sus nietos como no lo hicieron con ellos  como hijos”.

No obstante los conflictos en el entorno familiar, Beatriz Zegers pone algunas consideraciones que deben manejarse.

“Por supuesto depende del estado del adulto mayor. Hay quienes siguen teniendo un estado de autonomía, mantienen vivos sus intereses. En este caso se les debe apoyar en sus actividades, ojalá se reúnan con sus amistades, algo que está demostrado que ayuda a un buen envejecimiento”.

Ese envejecimiento se relaciona de cierto modo con el carácter y que no necesariamente se valora en la juventud. Zegers enumera algunas características del carácter que ayudan al buen envejecer y las relaciones interpersonales.

La cordialidad, una afectividad positiva, la tolerancia, la paciencia, el darse cuenta que aún es posible aportar a la vida”.

“La vida misma se encarga de ayudar a aceptar de mejor forma las cosas que uno habría pensado lo contrario. La vida nos regala la paciencia.

A no todos les viene el viejazo de un día para otro aunque a algunos sí..”, reflexión que suelta una sonrisa amable  y experimentada de tercera edad.

Adquiere el libro On Line:

“Lecturas al atardecer”, Beatriz Zegers Prado – María Larrain Sundt

 

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Lecturas al atardecer Editorial Universitaria

La coautora de “Lecturas al atardecer. Ocho temas sobre el envejecimiento”, renueva la mirada sobre su libro que sigue alentando desde la psicología y la literatura la comprensión y el acompañamiento en la tercera edad

Nos reencontramos con este libro después de pocos años de su lanzamiento y una primera reimpresión, mientras en Chile crece la población mayor, sus desafíos y las deudas que la sociedad aún mantiene con ellos.

Asomarse a “Lecturas al atardecer” resulta hoy un ejercicio para seguir profundizando en esta etapa de vida, dotarla de sentido y aprender a acompañar a quienes viven aquellos años en que se van cerrando círculos.

La autora Beatriz Zegers continúa trabajando en un tema que le interesó desde joven y que ahora ella misma es protagonista.

Dedicarse al envejecimiento a mediados de los ochentas fue una decisión entre la que pocos se aventuraban. En aquel entonces se integró a la comisión que creó el programa del adulto mayor en la Universidad Católica de Chile, realizó un curso optativo sobre el desarrollo del adulto y la vejez. Además esta psicóloga estudió filosofía, llegando a trabajar en la Universidad de los Andes de la cual es profesora emérita.

Beatriz es nieta del Premio Nacional de Literatura Pedro Prado. Por eso la literatura no le es ajena, interés que unido a sus conocimientos sobre envejecimiento, amalgamó el libro que convoca esta conversación.

“Durante mucho tiempo he leído sobre envejecimiento y literatura. Por eso el libro está lleno de citas textuales. Creo que con ellas se despierta el interés del lector”, apunta la autora.

Junto con recordar su herencia literaria, Zegers trae al presente a su abuela paterna que vivió sobre los 100 años. De ella recoge la cordialidad, algo que la convenció desde pequeña de que el “envejecimiento no tiene por qué ser una tragedia”.

¿Es heredera de esa experiencia de envejecimiento?

“Trato de recordar las cosas positivas pero no soy idealizadora. Porque hay ancianos de distinto tipo. Sócrates pregunta a Céfalos, en el comienzo de la República, si el camino de la vejez es ‘áspero y difícil’, a lo que su anciano amigo responde: que el modo en que se vive este período de la vida ‘depende del carácter de los hombres’. Aquello de que uno ‘envejece como ha vivido’ tiene mucho de verdad, se relaciona con la idea mental que nos hemos hecho de esta época de vida, con lo que uno puede hacer y no hacer”.

Si bien “Lecturas al atardecer” se centra en ocho temas, Zegers acentúa algunos como el ejercicio de recordar incluido en el capítulo llamado “reminiscencia”.

“Es el hábito del adulto mayor de hablar de situaciones pasadas. Si bien en los años sesenta se consideraba esto como signo de deterioro, hoy es visto como un mecanismo de adaptación, siempre y cuando se haga de manera positiva, incluso enfrentando lo negativo para rescatar algo valioso. No se trata de volver al pasado desde la queja o la nostalgia”, define la psicóloga.

¿Por qué se interesó en la reminiscencia?

“Porque está en íntima conexión con la teoría narrativa muy en boga. Hoy se escucha que tal político no tiene relato, que el partido no tiene relato. Pero ¿qué es eso del relato? Proviene de esa teoría. Para narrar la propia vida o una etapa de ella es necesario hacer un alto para recuperar y sintetizar, en un todo homogéneo, las concordancias y discordancias de los distintos momentos que la han conformado. Así se recobra algo que tenga sentido para quien hace esta narración. Como dice Platón en Apología de Sócrates ‘una vida sin examen no es vida’.

Junto con este ejercicio de recordar, Beatriz Zegers destaca el capítulo dedicado a la psicoterapia, proceso que según ella todavía despierta resistencia cuando se trata de un adulto mayor. Pues “muchos hijos no quieren que sus padres gasten en aquello”. Aunque la autora también reconoce que no existen muchos expertos en el tema.

“Esto podría interpretarse por la relación del especialista hacia los ancianos cuando se encuentra en terapia. Ahí se activan en el terapeuta sentimientos contratransferenciales vinculados a la experiencia, imagen, sentimientos que tiene de la ancianidad y lo que el otro le despierta en razón de la propia historia. De ahí vienen prejuicios y no prejuicios sobre el envejecimiento”.

Una realidad clave y que también es abordada en el libro son las tensiones que surgen en el entorno familiar.

“Hay muchos motivos detrás de esas tensiones. Por ejemplo, la idea de algunos hijos de que sus padres están obligados a socorrerlos en cuanto momento tengan y así continuar con sus vidas. Así surge ‘el abuelo esclavo’. Una abuela o un abuelo se pueden hacer cargo de los nietos. No hablo de los abuelos sustitutos. Más bien de aquellos que pueden tener la libertad de decir no a  la solicitud de cuidado de sus nietos en algún momento”.

¿Qué otras tensiones familiares se producen?

“Las que surgen porque la relación abuelos y nietos no es la misma que la de padres e hijos. Son los casos en que los hijos se sienten celosos o envidiosos porque sus padres actúan con sus nietos como no lo hicieron con ellos  como hijos”.

No obstante los conflictos en el entorno familiar, Beatriz Zegers pone algunas consideraciones que deben manejarse.

“Por supuesto depende del estado del adulto mayor. Hay quienes siguen teniendo un estado de autonomía, mantienen vivos sus intereses. En este caso se les debe apoyar en sus actividades, ojalá se reúnan con sus amistades, algo que está demostrado que ayuda a un buen envejecimiento”.

Ese envejecimiento se relaciona de cierto modo con el carácter y que no necesariamente se valora en la juventud. Zegers enumera algunas características del carácter que ayudan al buen envejecer y las relaciones interpersonales.

La cordialidad, una afectividad positiva, la tolerancia, la paciencia, el darse cuenta que aún es posible aportar a la vida”.

“La vida misma se encarga de ayudar a aceptar de mejor forma las cosas que uno habría pensado lo contrario. La vida nos regala la paciencia.

A no todos les viene el viejazo de un día para otro aunque a algunos sí..”, reflexión que suelta una sonrisa amable  y experimentada de tercera edad.

Adquiere el libro On Line:

“Lecturas al atardecer”, Beatriz Zegers Prado – María Larrain Sundt

 

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